Fred Hampton: activismo revolucionario, Panteras Negras y la operación del FBI que terminó con su asesinato

En los años 50, Estados Unidos seguía siendo un país segregado. La población negra continuaba viviendo en barrios empobrecidos, con escuelas deterioradas, pocas oportunidades laborales y la policía que actuaba más como fuerza de control que de protección. La desigualdad racial era parte del sistema, no un error de él.

Durante esa década hubo algunos avances legales, pero la vida cotidiana de miles de afroamericanos seguía marcada por la pobreza estructural y la violencia institucional. El mensaje era claro: la igualdad estaba en los discursos mas no en las calles.

De ese contexto salió Fred Hampton, un joven de 21 años que entendió rápidamente que el problema no era simplemente racial, sino también político y económico. A fines de los años 60, su figura comenzó a crecer y las autoridades lo pusieron en la mira.

Quién fue Fred Hampton y cómo llegó a ser un referente

Fred Hampton nació en 1948, en Illinois. Desde muy joven se involucró en la militancia comunitaria y organizó protestas contra la discriminación racial en su ciudad.

A los 19 años ya era líder del consejo juvenil de la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color (NAACP), esta organización proponía un incremento de los puestos laborales, mejorar las escuelas públicas y el acceso igualitario a espacios recreativos.

Fred Hampton dando un discurso en una protesta en Chicago en 1969. Foto: X @SebastianAvenue. Fred Hampton dando un discurso en una protesta en Chicago en 1969. Foto: X @SebastianAvenue.

Con el tiempo, Fred dio un paso al costado porque le parecía que el camino que proponía la asociación era lento y tibio frente a las necesidades inminentes de los barrios afroamericanos.

En 1967, decidió sumarse al Partido Panteras Negras, donde tuvo un crecimiento inmediato. Al poco tiempo se convirtió en el principal dirigente y organizador del partido en el estado de Illinois, con poder de decisión y una fuerte influencia en Chicago.

Las Panteras Negras no funcionaban solo como una organización política, sino que tenían mucha presencia territorial. Tenían programas de desayunos gratuitos para niños, clínicas de salud sin costo, asistencia legal y redes de ayuda comunitaria en barrios donde el Estado brillaba por su ausencia.

Lejos de ser solo una organización armada, construyeron poder territorial a través de sus programas sociales. Esa combinación de ideología y acción concreta fue lo que los volvió influyentes. Y también peligrosos.

La idea de Fred Hampton que alarmó a las autoridades

Lo que condenó a Hampton como un blanco de las autoridades fue su capacidad de unir sectores que históricamente estaban separados.

Fred Hampton en un desayuno del Partido Pantera Negra hablando con los niños. Foto: X @MissPavIichenko. Fred Hampton en un desayuno del Partido Pantera Negra hablando con los niños. Foto: X @MissPavIichenko.

En 1969, impulsó una alianza entre afroamericanos, puertorriqueños y blancos pobres, basada en la condición de clase y la exclusión compartida.

Esa estrategia rompía con la lógica central del poder: mantener a los sectores populares divididos. Hampton sostenía que el racismo no solo era un prejuicio social, sino una herramienta política para evitar que los de abajo se organizaran juntos.

Ahí dejó de ser únicamente un dirigente negro. Pasó a ser un organizador político con alcance real, capaz de mediar demandas comunes y constituir una base social amplia. Básicamente se había animado a cruzar una línea, que para el Estado era impenetrable.

¿Realmente lo persiguió el FBI?

El FBI, bajo la dirección de J. Edgar Hoover, consideraba al Partido Panteras Negras la mayor amenaza interna del país.

A fines de los años 60, puso en marcha el programa COINTELPRO, una operación de contrainteligencia destinada a infiltrar, desacreditar y destruir organizaciones políticas disidentes.

Memorándum del COINTELPRO exponiendo una partidaria financiera del Partido Pantera Negra. Foto: Wikipedia Memorándum del COINTELPRO exponiendo una partidaria financiera del Partido Pantera Negra. Foto: Wikipedia

Los documentos internos muestran un miedo explícito a la aparición de un “mesías negro”, un líder capaz de unificar y radicalizar al movimiento. Hampton encajaba perfecto en ese perfil.

El FBI infiltró su entorno mediante un informante que entregó planos de su departamento y detalles de su rutina diaria.

La persecución no se limitó al espionaje. Incluyó reiteradas detenciones, causas judiciales armadas y campañas de “desprestigio”. Hampton estaba bajo vigilancia constante y su eliminación dejó de ser una idea lejana.

La madrugada del 4 de diciembre de 1969

El 4 de diciembre de 1969, alrededor de las 4 de la mañana, la policía de Chicago irrumpió en el departamento donde dormía Fred Hampton. Dispararon entre 82 y 99 balas. Hampton estaba en la cama, junto a su pareja embarazada de ocho meses.

Esa madrugada murieron Fred Hampton y el militante Mark Clark. Siete personas sobrevivieron y fueron arrestadas.

Chicago Sun-Times anunciando la muerte de los militantes de Pantera Negra. Foto: X @SebastianAvenue. Chicago Sun-Times anunciando la muerte de los militantes de Pantera Negra. Foto: X @SebastianAvenue.

La versión oficial menciona un enfrentamiento armado, pero las pericias demostraron que casi todos los disparos provinieron de la policía. Años después, se comprobó que Hampton había sido drogado antes del operativo.

El Estado sostuvo la primer versión durante años, pero finalmente, una investigación federal determinó que hubo una conspiración para violar los derechos civiles de los militantes. En 1982, se pagó una indemnización a las familias. Pero no hubo condenas.

Fuente: www.clarin.com

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